José Carlos Suay, presidente de AFECH, destaca que «es necesario poner el foco sobre el combustible, no sobre la tecnología, que es lo que indica la normativa europea, dado que un gran porcentaje de las calderas actuales son compatibles con el uso de gases renovables y no se precisan ni siquiera adaptaciones».
Este argumento se sustenta en que legislar un cambio total en las normativas sobre calderas por nuevos sistemas eléctricos perjudica gravemente a muchos hogares debido los elevados costes de adquisición de estos productos. Además, hay que tener en cuenta el contexto socioeconómico que atravesamos para examinar la idoneidad del momento. Se debe encontrar un equilibrio entre el beneficio ambiental, económico y social. Por ello, desde AFECH defendemos que los gases renovables como el biometano son la opción más sostenible para hacer la transición energética para 2030.